domingo, 4 de diciembre de 2011

Lo evidente, olvidando lo llarado.

Sigues siendo motivo de discordia, una parte negra del pasado que hace sombra en el futuro. Deja caer una lágrima, con motivo del olvido. Engañas al corazón por las mañanas, cuando le niegas sentir la realidad; pero también te engañas a ti. Son labios de despedida, mentes perdidas, como el camino caminado sin salida y sin vuelta atrás. Como el adiós de un demente sin esperanza. Como no tener palabras exactas para expresar lo que siente. Porque se olvida de respirar, y suspira en agonía, así se le acaba la mañana, una vez más negando lo evidente. Olvidando lo llorado.

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